Dado que es la primera vez que piso suelo europeo estoy aprovechando para conocer lugares, además de venir a estudiar por supuesto. Estando en Pamplona me interioricé acerca de los lugares próximos a la ciudad, como para ir a visitarlos. Además, estando en fines de verano, y viniendo desde Uruguay donde hacía mucho frío, qué mejor que recorrer y visitar un balneario. Es así que decidí hacer la práctica de las 1000 fotos en un lugar increíble, como lo es Biarritz. Por lo tanto, aproveché para hacer una tarea universitaria, acostumbrarme a estar todo un día con la cámara de fotos encima, y divertirme mucho.
La jornada comenzó temprano, ya que hay un sólo ómnibus que sale desde la estación de autobuses de Pamplona hasta Biarritz, y viceversa, en un único horario. Es así que me levanté bien temprano para ser un día de fin de semana, a eso de las 7:30 am. Fui caminando hacia la estación, lo cual me queda bastante cerca porque estoy viviendo en Iturrama, y busqué el andén. De esta manera a las 8:30 emprendí mi viaje a Biarritz, junto con mi novio.
Con la cámara encima pude hacer muchas fotos. Fue un viaje de unas aproximadamente 2 horas y cuarto en ómnibus, en el cual no pude dormir absolutamente nada. Esto porque había muchas personas a nuestro alrededor hablando, así como un grupo de extranjeros (por las diferencias de lenguas) que hablaron y se movieron todo el viaje, y además porque de verdad me gusta mucho mirar por la ventana y sacar fotos de lo que veo. En los viajes dentro de Uruguay no estoy acostumbrada a que haya este tipo de paisajes, sí que se vislumbra mucho campo y mucho verde con ganado, pero la inmensidad de las montañas que hay acá, así como la vista desde la autovía de montaña es algo que me sorprende muchísimo. En esos momentos disfruté mucho de sacar fotos, aunque tengo que admitir que me resultó bastante complicado desde el transporte en movimiento, pero dado que la práctica consistía en sacar muchísimas fotografías no dejé que la dificultad o comodidad o búsqueda del mejor plano fueran un obstáculo. Me gustó porque pude sacar todas las tantas fotografías que quería, sabiendo que después puedo elegir las que más me gustan. La verdad que estoy contenta de haber tenido que sacar tantas fotos como tarea, así como de visitar un lugar espectacular, por eso me alegra el haber tenido la cámara con batería, porque si no estaría muy arrepentida. Y lo bueno de la experiencia de tener la cámara todo el día y de haber sacado tantas fotos es que puedo compartirlas con mis familiares y amigos de Uruguay.
Durante las horas que estuve en Biarritz, esto fue desde las 10:30 am aproximadamente hasta las 6:15 pm, nos dedicamos a recorrer el lugar. Así fuimos a pasear por la Rocher de la Vierge, por las tiendas de suvenires, las tiendas de ropa, un lugar que se parece a un mercado de pescados, por los restaurantes, por la cantidad de chocolaterías, y por las rocas y caminos que hay por todo el lugar, donde es posible situarse en miradores desde donde se contempla el paisaje que hay. Gracias al hecho de tener siempre la cámara encima es que pude retratar cada lugar y cada paisaje, esto es desde las enormes rocas en el medio del agua, hasta las diferentes tonalidades de verdes y azules del mar, las calles llenas de gente andando y comprando en las tiendas, y las vistas desde el ómnibus.
Esta práctica fue una gran experiencia para acostumbrarse a tener la cámara siempre consigo, y para acostumbrarse además a sacar fotos. Puedo decir que conocí un lugar de Europa como lo es Biarritz, que es realmente espectacular e interesante, no sólo por ser conocido como un pueblo pesquero, sino también por la naturaleza que reside allí. Puedo decir que conocí algo de Francia. Por esta práctica tengo la posibilidad de elegir entre tantas fotografías que obtuve las que me gusten para poder mandar a mis familiares y amigos. Y además, algo que me di cuenta es de que el sacar fotografías te permite observar detalles y cosas que capaz no notarías si sólo miraras, porque el hecho de tener que parar para sacar una foto ya hace que uno pueda mirar distinto y con más precisión y atención lo que tiene enfrente. Considero que es una forma de ejercitar la memoria también, porque al sacar muchas fotos, después es más fácil de acordarse de lo que viste, ya que en algún momento te detuviste para retratarlo. E incluso, si no te acordaras de algo, las fotos siempre sirven para recordártelo. Creo que fue una experiencia muy linda, que nunca había realizado. Si bien saco muchísimas fotos, y más ahora que soy turista en una zona que desconozco, nunca había hecho una práctica así. La verdad que puedo decir que la experiencia me llevó a tener un viaje espectacular, conocer un lugar donde pude retratar todo lo que quise y estaba a mi alrededor, que me dio la práctica que te brinda el tener una cámara de fotos todo el día contigo, me hizo mirar y detenerme más de lo que haría habitualmente sin estar con una máquina, poder prestarle atención a los detalles, poder divertirme mucho, y poder disfrutar y apreciar el capturar un paisaje divino. Definitivamente agradezco el haber tenido la cámara completa, con batería y tarjeta de memoria incorporadas.
muy buenos tu blog
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